Estuve un año abriendo ventanas.
Escuchando gritos distintos cada noche.
Permitiendo entrada y salida libre.
Dejandome el corazón y las ganas en el suelo de cualquier habitación.
Luego repetí y repetí, ración interminable del dulce homenaje de quien no olvida tus deseos.
Después descubrí a quien quiso conocerlos y en su momento no pudo, o no supo hacerlo.
Hoy, harta de este abrigo donde guardo los placeres del pasado,
estoy dispuesta a cerrar las ventanas.
Y las piernas.
Solo las abriré para la luz de la ciudad dorada.
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3 comentarios:
Que sensacion tan rara esa de sentirse sola estando acompanada...
te quiero
esta tarde me has dejado algunas cosas muy claras. lo necesitaba.
sabes que me cuesta desde hace un tiempo tomar mis decisiones con seguridad. siento que comprometo a alguna persona además de a mi. pero eso es la vida y las relaciones. y si los demás creen en ti, deben entenderlo. ahora lo tengo claro.
te quiero.
no sabes lo orgullosa que me siento de formar parte de tu vida...
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