Ayer fue un día extraño de principio a fin. Anoche no quería dormir, y hoy no quería despertar. Me acosté con una extraña sensación de no saber muy bien a qué atenerme.
Ayer me atacaron por la espalda, y creo que me rendí a la evidencia de una conexión antigua, de una buena conversación (¡cuanto la necesitaba!), de tener enfrente a alguien que te sorprende por lo bien que en el fondo te conoce sin conocerte apenas en la superficie..(no tengo remedio, todo lo mido con el rasero del espejo).
Las cosas surgen siempre cuando menos las esperas, un año después, por un mail que nadie mandó, por un esfuerzo que ninguno de los dos hizo...pero vuelven...a mi siempre me han gustado las sorpresas, y los días de sol.
Creo que hoy tengo una resaca demasiado grande para analizar, a pesar de lo que me gusta hacerlo. Corrijo, de lo que me cuesta no hacerlo.
Ya habrá tiempo para pensar en esto, o no, para compartir un buen vino, para seguir conversando en un banco, o para que alguien me explique ese símil entre el sexo y el tetris...
Siempre hay tiempo, aunque a veces, como anoche, pase rápido.
24.4.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario