24.3.08

sangre de mi sangre


En estos días de vacaciones he visto un par de veces a una mujer que, a pesar del tiempo y la distancia, es muy importante en mi vida. Con ella aprendí en la infancia y en la adolescencia lo que es la amistad. Con ella compartí las primeras veces de muchas cosas que en esos años marcan tu vida. Con ella he llegado al llanto desde la risa y he recorrido también el camino inverso con una facilidad pasmosa.
Ella me enseñó cosas tan valiosas como a no rendirme, a luchar, a sonreir cuando no te apetece y la importante que es decir lo que sientes a las personas que tienes cerca, porque ella lo practica constantemente.
Ella es dulzura, encanto, ganas de vivir, alegría, desparpajo, misterio, delicadeza...brilla por sí misma e ilumina las sombras de los que estamos alrededor.
Muy pocas personas saben entenderme como lo hace, y con muy pocas siento la confianza para compartir lo que puedo compartir con ella.
Sus padres y los míos fueron grandes amigos, y lo siguen siendo. Luego se convirtieron en familia, y supieron mantener y transmitirnos a sus hijos lo importante que es atar fuerte determinados lazos.
Se que esos nudos nunca van a deshacerse, porque nos queremos demasiado para dejar que eso pase, pero horas como las que pasamos ayer nos ayudan a recordarlos, a asegurarlos para que la rutina y los años no los aflojen nunca.
Algunos somos afortunados por tener entre los de nuestra sangre a nuestros mejores amigos.

1 comentario:

Unknown dijo...

en la primera parte de pronto me he visto, en algunas frases, a mí, hablando de tí. gracias por tus bienvenidas reconstituyentes. sueles saber como hacer de tu presencia un colchón firme y suave a la vez.

como me gustaría conocer a tu prima.
una abrazo