Ella me enseñó cosas tan valiosas como a no rendirme, a luchar, a sonreir cuando no te apetece y la importante que es decir lo que sientes a las personas que tienes cerca, porque ella lo practica constantemente.
Ella es dulzura, encanto, ganas de vivir, alegría, desparpajo, misterio, delicadeza...brilla por sí misma e ilumina las sombras de los que estamos alrededor.
Muy pocas personas saben entenderme como lo hace, y con muy pocas siento la confianza para compartir lo que puedo compartir con ella.
Sus padres y los míos fueron grandes amigos, y lo siguen siendo. Luego se convirtieron en familia, y supieron mantener y transmitirnos a sus hijos lo importante que es atar fuerte determinados lazos.
Se que esos nudos nunca van a deshacerse, porque nos queremos demasiado para dejar que eso pase, pero horas como las que pasamos ayer nos ayudan a recordarlos, a asegurarlos para que la rutina y los años no los aflojen nunca.
Algunos somos afortunados por tener entre los de nuestra sangre a nuestros mejores amigos.
1 comentario:
en la primera parte de pronto me he visto, en algunas frases, a mí, hablando de tí. gracias por tus bienvenidas reconstituyentes. sueles saber como hacer de tu presencia un colchón firme y suave a la vez.
como me gustaría conocer a tu prima.
una abrazo
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